Por:
Isabel Reyes de Iglesias
A
las princesa y reinas de los países de Europa, les pasa como a las princesas de
los cuentos infantiles, un ejemplo: Letizia Ortiz Rocasolano actual reina de
España, hasta el año 2003 era una periodista simple con un divorcio acuestas
libre y dueña de su vida, al comprometerse y casarse con el príncipe Felipe de
Borbon y Grecia entrando inmediatamente al palacio de la Zarzuela, por
intereses monárquicos hubo que borrar su pasado, la
historia se repite con varias plebeyas que pasan a formar parte de una realezas
absurda, pues bien se olvidaron de algo, el pasado no se puede borrar
fácilmente, por ser la puerta de entrada al presente y el futuro, de estos
últimos ella ya no es dueña lo deciden otros, importa más crear una vida
repleta de protocolos digna de una mujer de porcelana, perfecta para las
portadas de las revistas de elite Hola o Vanidades entre otras, ya que lo común
no causa morbo, si nos vamos al ámbito infantil, la cenicienta dejo de fregar
pisos, Blacanieves no se quedo con los 7 enanos y la sirenita abandono el mar
mi pregunta es: ¿Vale la pena renunciar a ser auténticos para responder
forzosamente a terceros? ¿Se casan y viven felices por siempre? no el colorin colorado
este cuento se ha acabado algunas les llega con el divorcio y los hijos le
pertenecen a la corona tal cual como le paso a la Princesa Diana de Inglaterra,
a pesar de que esta si era de sangre Azul, en ficción es maravilloso porque la
imaginaron vuela, pero en la realidad se convierte en una autentica pesadilla.
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