Sida
El síndrome de
inmunodeficiencia adquirida, conocido por su acrónimo sida, es el conjunto de
enfermedades de muy diverso tipo (generalmente, procesos infecciosos o
tumorales) que resultan de la infección por el virus de la inmunodeficiencia
humana (VIH). El uso de medicamentos combinados puede controlar la replicación
del virus y fortalecer el sistema inmunitario; la consecuencia es que la
infección se convierte en crónica y no deriva en sida, algo que, en su
evolución natural y en la mayoría de los pacientes, ocurriría en promedio a los
diez años del contagio, y se produciría la muerte en un periodo de tres a cinco
años.
Clínicamente, el sida es
declarado cuando un paciente seropositivo presenta un conteo de linfocitos T
CD4 inferior a 200 células por milímetro cúbico de sangre. En esta condición,
el sistema inmunitario se halla gravemente deteriorado, de modo que el paciente
queda expuesto a diversos procesos patológicos generados por un conjunto de
infecciones oportunistas. Si las condiciones de los servicios médicos no
permiten la realización de pruebas de laboratorio, se declara que un paciente
ha desarrollado sida cuando presenta enfermedades que se consideran
definitorias del síndrome.
Las
mujeres y el sida
Artículo principal: VIH en
la mujer
Según el Fondo de las
Naciones Unidas para las Mujeres (UNIFEM), a pesar de que la infección del VIH
comenzó concentrándose básicamente en hombres, a día de hoy, las mujeres
suponen el 50% de las personas infectadas con el VIH. Incluso en regiones como
el África Subsahariana, las mujeres representan el 60% del total de la
población con VIH.
Artículo principal:
Prevención de la infección por VIH
Una vez que un individuo
contrae el VIH, es altamente probable que en el transcurso de su vida llegue a
desarrollar sida. Si bien algunos portadores permanecen en estado asintomático
por largos períodos de tiempo, la única manera de evitar el sida consiste en la
prevención de la infección por VIH. La única vía para la transmisión del virus
es a través de los fluidos corporales como la sangre y los fluidos corporales.
Este virus no se puede transmitir a través de la respiración, la saliva, el
contacto casual por el tacto, dar la mano, abrazar, besar en la mejilla,
masturbarse mutuamente con otra persona o compartir utensilios como vasos,
tazas o cucharas. En cambio, teóricamente es posible que el virus se transmita
entre personas a través del beso boca a boca, si ambas personas tienen llagas
sangrantes o encías llagadas, pero ese caso no ha sido documentado y además es
considerado muy improbable, ya que la saliva contiene concentraciones mucho más
bajas que por ejemplo el semen.
Vacuna
El
«lazo rojo», símbolo mundial de la lucha contra el sida.
Según
un estudio publicado en la revista científica especializada Science
Translational Medicine,14 un equipo de investigadores del Servicio de
Enfermedades Infecciosas y Sida del Hospital Clínico de Barcelona ha dado un
paso más en este camino al presentar una vacuna terapéutica que ha mostrado en
los ensayos resultados alentadores.
En
las pruebas realizadas a 36 pacientes que seguían una terapia antirretroviral
(conocida como TAR), tras la vacunación de prueba "cambió el equilibrio
virus / huésped a favor del huésped", o lo que es lo mismo, el virus
perdía la batalla de la infección. Según los datos, tras 12 semanas la
reducción de la carga viral gracias a la vacuna era del 90 por ciento, aunque
posteriormente el virus se hace resistente y consigue paliar el efecto de la
vacuna.
Para
conseguir frenar el avance del virus del sida los investigadores pulsaron
células dendríticas (aquellos linfocitos que presentan antígenos al sistema
inmunitario) de los propios pacientes con VIH y las inactivaron con calor. De
este modo, cuando las células dendríticas "presentaban" al virus a
los linfocitos encargados de eliminar al agente infeccioso externo, el VIH no
conseguía infectar al linfocito (como ocurre normalmente), sino que consigue
transmitir adecuadamente el mensaje para activar el sistema inmunitario y
terminar con el agente externo infectante.
Tratamiento
ctualmente existen
medicamentos, llamados antirretrovirales, que inhiben enzimas esenciales, la
transcriptasa inversa, retrotranscriptasa o la proteasa, con lo que reducen la
replicación del VIH. De esta manera se frena el progreso de la enfermedad y la
aparición de infecciones oportunistas, así que aunque el sida no puede
propiamente curarse, sí puede convertirse con el uso continuado de esos
fármacos en una enfermedad crónica compatible con una vida larga y casi normal.
La enzima del VIH, la retrotranscriptasa, es una enzima que convierte el ARN a
ADN, por lo que se ha convertido en una de las principales dianas en los tratamientos
antirretrovirales.1
En el año 2007 la Agencia
Europea de Medicamentos (EMEA por sus siglas en inglés) autoriza el fármaco
Atripla que combina tres de los antirretrovirales más usuales en una única
pastilla. Los principios activos son el efavirenz, la emtricitabina y el
disoproxilo de tenofovir. El medicamento está indicado para el tratamiento del
virus-1 en adultos.
El común denominador de los
tratamientos aplicados en la actualidad es la combinación de distintas drogas
antiretrovilares, comúnmente llamada "cóctel". Estos
"cócteles" reemplazaron a las terapias tradicionales de una sola
droga que sólo se mantienen en el caso de las embarazadas VIH positivas. Las
diferentes drogas tienden a impedir la multiplicación del virus y, hacen más
lento el proceso de deterioro del sistema inmunitario. El "cóctel" se
compone de dos drogas inhibidoras de la transcriptasa inversa (las drogas) AZT,
DDI, DDC, 3TC y D4T) y un inhibidor de otras enzimas las proteasas.
Al inhibir diferentes enzimas, las drogas intervienen en
diferentes momentos del proceso de multiplicación del virus, impidiendo que
dicho proceso llegue a término. La ventaja de la combinación reside,
justamente, en que no se ataca al virus en un solo lugar, sino que se le dan
"simultáneos y diferentes golpes". Los inhibidores de la
transcriptasa inversa introducen una información genética equivocada" o
"incompleta" que hace imposible la multiplicación del virus y
determina su muerte. Los inhibidores de las proteasas actúan en las células ya
infectadas impidiendo el «ensamblaje» de las proteínas necesarias para la
formación de nuevas partículas virales.
En 2010 se comprobó la eliminación del virus de un
paciente con leucemia al recibir un trasplante de médula de un donante con una
muy rara mutación genética que lo vuelve inmune a una infección con HIV; se
recuperó de ambas enfermedades. Siendo una mutación muy rara y una operación
con altos riesgos, la posibilidad de que esto se vuelva una solución práctica es
casi inexistente de momento. A pesar de los resultados, las operaciones de este
tipo exigen dosis de inmunosupresores para toda la vida. El defecto genético en
cuestión hace que las células T no expresen el receptor CCR5 o CXCR4 que el
virus necesita reconocer para entrar a la célula.
Penetración
La infección por VIH por las
relaciones sexuales ha sido comprobado de hombre a mujer, de mujer a hombre, de
mujer a mujer y de hombre a hombre. El uso de condones de látex se recomienda
para todo tipo de actividad sexual que incluya penetración. Es importante
enfatizar que se debe usar el condón hecho del material látex, pues otro condón
(de carnero) que existe en el mercado, hecho a base de material orgánico, no es
efectivo para la prevención. Los condones tienen una tasa estimada del 90-95%
de efectividad para evitar el embarazo o el contagio de enfermedades, y usado
correctamente, esto es, bien conservado, abierto con cuidado y correctamente
colocado, es el mejor medio de protección contra la transmisión del VIH. Se ha
demostrado repetidamente que el VIH no pasa efectivamente a través de los
condones de látex intactos.
El sexo anal, debido a la
delicadeza de los tejidos del ano y la facilidad con la que se llagan, se
considera la actividad sexual de más riesgo. Por eso los condones se
recomiendan también para el sexo anal. El condón se debe usar una sola vez,
tirándolo a la basura y usando otro condón cada vez. Debido al riesgo de rasgar
(tanto el condón como la piel y la mucosa de la paredes vaginales y anales) se recomienda
el uso de lubricantes con base acuosa. La vaselina y los lubricantes basados en
aceite o petróleo no deben usarse con los condones porque debilitan el látex y
lo vuelven propenso a rasgarse.
Sexo
oral
En términos de trasmisión
del VIH, se considera que el sexo oral tiene menos riesgos que el vaginal o el
anal. Sin embargo, la relativa falta de investigación definitiva sobre el tema,
sumada a información pública de dudosa veracidad e influencias culturales, han
llevado a que muchos crean, de manera incorrecta, que el sexo oral es seguro.
Aunque el factor real de trasmisión oral del VIH no se conoce aún con
precisión, hay casos documentados de transmisión a través de sexo oral por
inserción y por recepción (en hombres). Un estudio[cita requerida] concluyó que
el 7,8% de hombres recientemente infectados en San Francisco probablemente
recibieron el virus a través del sexo oral. Sin embargo, un estudio[cita
requerida] de hombres españoles que tuvieron sexo oral con compañeros VIH+ a
sabiendas de ello no identificó ningún caso de trasmisión oral. Parte de la
razón por la cual esa evidencia es conflictiva es porque identificar los casos
de transmisión oral es problemático. La mayoría de las personas VIH+ tuvieron
otros tipos de actividad sexual antes de la infección, por lo cual se hace
difícil o imposible aislar la transmisión oral como factor. Factores como las
úlceras bucales, etc., también son difíciles de aislar en la transmisión entre
personas "sanas". Se recomienda usualmente no permitir el ingreso de
semen o fluido preseminal en la boca. El uso de condones para el sexo oral (o
protector dental para el cunnilingus) reduce aún más el riesgo potencial. El
condón que haya sido utilizado ya para la práctica del sexo oral, debe
desecharse. En caso de que exista coito posterior, se utilizará un nuevo
profiláctico; ya que las microlesiones que se producen en el látex por el roce
con las piezas dentarias, permiten el paso del virus.
Vía
parentera
Se sabe que el VIH se
transmite cuando se comparten agujas entre usuarios de drogas inyectables, y
éste es uno de las maneras más comunes de transmisión. Todas las organizaciones
de prevención del sida advierten a los usuarios de drogas que no compartan
agujas, y que usen una aguja nueva o debidamente esterilizada para cada
inyección. Los centros y profesionales del cuidado de la salud y de las
adicciones disponen de información sobre la limpieza de agujas con lejía. En
los Estados Unidos y en otros países occidentales están disponibles agujas
gratis en algunas ciudades, en lugares de intercambio de agujas, donde se
reciben nuevas a cambio de las usadas, o en sitios de inyecciones seguras.
Los trabajadores médicos
pueden prevenir la extensión del VIH desde pacientes a trabajadores y de
paciente a paciente, siguiendo normas universales de asepsia o aislamiento
contra sustancias corporales, tales como el uso de guantes de látex cuando se
ponen inyecciones o se manejan desechos o fluidos corporales, y lavándose las
manos frecuentemente.
El riesgo de infectarse con
el virus VIH a causa de un pinchazo con una aguja que ha sido usada en una
persona infectada es menor de 1 entre 200 [cita requerida]. Una apropiada
profilaxis postexposición con medicamentos anti-VIH logra contrarrestar ese
riesgo, reduciendo al mínimo la probabilidad de seroconversión.
Circuncisión
Un estudio de 20058
informaba que el estar circuncidado podría reducir significativamente la
probabilidad de que un hombre se infecte de una mujer seropositiva por
penetración vaginal. Los rumores en este sentido, producidos a partir de
trabajos anteriores no concluyentes, han aumentado ya la popularidad de la
circuncisión en algunas partes de África. Un trabajo relacionado9 estima que la
circuncisión podría convertirse en un factor significativo en la lucha contra
la extensión de la epidemia.
El Obelisco de Buenos Aires (Argentina) vestido con un condón en
conmemoración al Día Mundial de la Lucha contra el Sida en el año 2005.
El Día Internacional de la Acción contra el Sida se conmemora el 1 de
diciembre de cada año, y se dedica a dar a conocer los avances contra la
pandemia de VIH/sida causada por la extensión de la infección del VIH.
Día Mundial de la Lucha contra el
Sida
Se conmemoró por primera vez el 1 de diciembre de 1988. Se eligió la fecha
del 1 de diciembre por cuestiones de impacto mediático Desde entonces, el sida
ha matado a más de 25 millones de personas en todo el planeta, lo que la hace
una de las epidemias más destructivas registradas en la Historia. A pesar de
que existe un mayor acceso y se ha mejorado el tratamiento antirretroviral y el
cuidado médico en muchas regiones del mundo, la epidemia de sida costó
aproximadamente 3,1 millones (entre 2,8 y 3,6 millones) de vidas solo en el año
2005, de las cuales 0,57 millones eran niños.
En la Cumbre Mundial de Ministros de Salud de 1988, dentro de los programas
para la prevención del sida, se declaró a 1988 como el «Año de la Comunicación
y la Cooperación sobre el Sida».3 La Organización Mundial de la Salud (OMS)
propuso que el 1 de diciembre se declarase Día Mundial del Sida. La propuesta
tuvo el apoyo de la Asamblea Mundial de la Salud y de la Asamblea General de
las Naciones Unidas.4 Desde entonces han seguido la iniciativa gobiernos,
organizaciones internacionales y caridades de todo el planeta.
Desde 1988 hasta 2004, ONUSIDA organizaba el Día Internacional de la Lucha
contra el Sida. Escogía un tema para cada año, después de consultarlo con otras
organizaciones. En 2005 la ONUSIDA entregó la responsabilidad de la
conmemoración de este día a la organización independiente WAC (World Aids
Campaign: Campaña Mundial contra el Sida). Para el 2005 eligieron como tema de
su campaña: «Paren al sida: cumplan la promesa» (Stop Aids: Keep the Promise),
que estaría vigente hasta el 2010. Este tema no solo es específico para el Día
Mundial de Lucha contra el Sida, sino también para las labores de la WAC
durante todo el año.
Símbolo
Aumentar la conciencia pública en la prevención y tratamiento del sida.
También como muestra de solidaridad y apoyo por esta enfermedad y a las
personas con VIH.
Cambio de nombre de la efeméride
En 2011 ONUSIDA decidió cambiar el nombre Día Internacional de la Lucha
contra el Sida por el de Día Internacional de la Acción contra el Sida, por
considerar que la palabra «lucha» tiene una connotación belicista(belico)
Día Mundial del Sida
El 27 de octubre de 1988 la Asamblea General de las Naciones Unidas en la
Resolución 43/15 toma nota de que la Organización Mundial de la Salud ha
declarado Día Mundial del SIDA el 1 de diciembre de 1988 y destaca la
importancia de la observancia adecuada de esta ocasión.
Día Mundial del Sida 2015 - 1 de
diciembre de 2015
Mucho se ha avanzado desde el año 2000: se ha alcanzado la meta mundial de
detener e invertir la propagación del VIH.
Desde ese año las nuevas infecciones se han reducido en un 35% y las
muertes por sida en un 25%. Unos 16 millones de personas reciben actualmente
tratamiento antirretrovírico, más de 11 millones de ellas en África.
publicado por:
Isabel Reyes de Iglesias.
Fuente :Wikipedia.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario