La contaminación ambiental es el desequilibrio o la alteración el
deterioro, el contagio, que afectan negativamente el estado natural de los
seres vivientes y su medio. Sus orígenes son diversos como sus maneras de
presentarse. Hay diferentes contaminaciones.
Empezado por una, de la que hablan varios autores y críticos sociales, que
es la contaminación cultural; es aquella contaminación que embrolla nuestro
entendimiento como pueblo, nuestra capacidad discerniente lo que nos conviene a
la mayoría y lo que solo beneficio para un sector minoritario, oligárquico de
la población. La contaminación cultural tiene sus vertederos de basura
ideológica, tales como la televisión y la prensa entendidos como mero negocio
al servicio de intereses bastardos, que envenenan la mente frágil de los
jóvenes y niños enlatados y paquetes de películas, programas, reportajes,
artículos y otros productos que pretenden idiotizar y llenar de ideas falsas a
toda la gente. Parece mentira pero esta
forma de contaminación es muy peligrosa para todo el ambiente, pues sus
víctimas terminan siendo indiferentes a la vida y más pendiente de los
antivalores de la muerte, el odio y la exclusión sociocultural.
La contaminación cósmica es la que se produce por la introducción a través
de la atmosfera, de elementos provenientes del espacio exterior, Tales como
gases, partículas extrañas entre otros.
La contaminación agrícola es aquella que se deriva del uso de
herbicidas y otras sustancias destinadas
a incrementar el rendimiento de los productos agrícolas.
La conocida como ambiental es aquella que afecta principalmente el aire, la
tierra, los suelos y el agua.
Particularmente en las grandes ciudades; en realidad toda contaminación
es ambiental, pero se usa esa expresión para hacer más enfáticamente referencia a la polución, a
la contaminación auditiva. La industrial
es la contaminación resultante del contacto de residuos químicos desechos para
las fábricas, que suelen desplazarse en
el aire, en forma de gases, en los pasos urbanos de ríos, en las cloacas entre
otros. ; un rio comprobablemente afectado por la contaminación industrial es,
por ejemplo el cabriales en Valencia, al cual van a dar cantidades de desechos tóxicos
proveniente de los alrededores de
Valencia, zona industrial por excelencia del País. Hay otras
formas de contaminación. Contaminación sónica por ruido, que es la que
viven los trabajadores de fábricas hay hornos,
motores, continuos y ruidosos; lo
que pasajeramente padecemos en una discotecas; lo que se sufre en las calles de
Caracas inevitablemente con los ruidos de minitecas ambulantes, automóviles y
aviones.
Contaminación mercurial, por ejemplo, que se da entre los mineros que
buscan oro y diamantes. Contaminación con plomo, que se produce entre los
trabajadores de las gasolineras. Estas últimas producen enfermedades
gravísimas.
Es importante hacer notar que la contaminación, en cualquiera de sus
formas, si bien es un dato importante de los desordenes ambientales de un País,
no siempre permite tener una conciencia exacta del origen del problema. La
contaminación es casi siempre un síntoma, quizás el más importante de la crisis
ambiental. No hay un árbol vivo en la vida/ que no se resienta/ al tolerar,
porque si, / el mensaje de los cláxones, escribió en 1977 el gran poeta
Venezolano Juan Calzadilla. El poema alude precisamente a la circunstancia de
cómo la naturaleza vive porque si los
embates de la contaminación, sin que nadie medie en ella ningún estado de
conciencia, como sea el que, al fin y al cabo podrá generar y trabajar el
hombre como espectador del desastre. No es casual que el poema citado lo leemos
en un libro cuyo título habla por sí solo: Ohsmog, publicado en 1977. Y es que
el hombre Venezolano fue compelido a soportan pasivamente los resultados de las
agresiones al medio ambiente, muchas veces acicateado por los mismo responsable
de esas agresiones, sean empresarios, políticos complacientes, vecinos y
trabajadores deshumanizados.
Hay espacios que las leyes de las República Bolivariana de Venezuela
consagran como modelos de lo contrario a la contaminación. Ya son ambientes
sagrados para la gran mayoría de las personas, aunque nunca faltan los
inescrupulosos que, al visitarlos dejen sus bolsas de basuras, su reguero de
latas de cervezas, sus estelas de jabones con las que lavan sus automóviles en
bradas y ríos.
Fuente: Libro el ambiente y
nosotros.
Escritor: Leonardo Ruiz Tirado.
Republicado Por: Isabel Reyes de Iglesias.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario