Se usa, para decir que un acierto ha sido casual. Tiene su origen en la fabula la flauta y el burro de Tomas Iriarte en ella, el burro encuentra una flauta y tras observarla la hizo sonar con su resoplo el animal se asombro de sus dotes musicales sin darse cuenta que todo fue fruto de la causualidad.
Fuente: Pasapalabra
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