Por:
Isabel Reyes de Iglesias
A menudo vemos a un
magallanero y a un caraquista discutir apasionadamente por el encuentro
beisbolistico de la noche anterior, incluso apuestas como si gana el caracas o
viceversa yo no cocino, cuantos que le gusta el Barcelona o el Real Madrid y se
funde en la ternura de un abrazo, se hacen bromas, en el mundial de fútbol
apoyan a Brasil o a España, mas aun en la formula uno los Ferrari con uno que
le guste una escudería contraria, así hay esposos, primos, amigos entre otros.
Entonces se toleran en ese ámbito. Sin embargo en cuanto a la política todo da
un giro de 360 grados, con frases despectivas como: mediocre, pata en el suelo,
majunche, enchufados y pare de contar, sin detenerse analizar que los que hoy
son chavista o opositores sacando a la nueva generación ayer fueron adecos y
copeyanos, ¿ a caso el fanatismo puede más que la familiaridad o la amistad?.
El carnet político no te hace mejor o peor persona, no es mejor estudiante el
que estudia en una universidad privada del que lo hace en una pública, si todos
pensaran igual Dios no se habría tomado la molestia de hacernos un cerebro
distinto a cada uno, no tiene mayor superioridad un venezolano que se
identifique con un color u otro que no comparta su ideología todos son hermanos
miembros de un País, cada uno aporta su grano de arena para sacarlo adelante
sin llegar a faltar el respeto, pues en algún momento puedes necesitar de ese
vecino para que te de la mano. Lucha, comparte, valora, como decía Jorge Tuero
en su personaje rico más rico en cheverisimo 1998 "los gobiernos pasan
pero el hambre queda", en estos tiempos seria los gobiernos pasan la
familia queda.
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