En febrero de 2015, las
autoridades brasileñas comenzaron a investigar un brote de erupciones en la
piel que afectaba a seis estados en la región noreste del país.
Según la Organización
Panamericana de la Salud, 20 países ya han reportado la detección del zika en
su territorio: Barbados, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador,
Guadalupe, Guatemala, Guyana, la Guayana Francesa, Haití, Honduras, Martinica,
México, Panamá, Paraguay, Puerto Rico, la isla de San Martín, Surinam y
Venezuela.
Pero la OPS señala que
el recuento crece cada día y considera que acabará llegando a todos los países
de América Latina.
En ese sentido, el
Ministerio de Salud de Costa Rica ya confirmó el primer caso en su territorio,
el un hombre que fue infectado en un viaje a Colombia.
Y al otro lado del
Atlántico, en Austria, Dinamarca y en España, también se han reportado los
primeros casos, aunque todos ellos importados.
A continuación, BBC
Mundo compila lo más importante que debes saber sobre el tema.
¿QUÉ ES?
El virus zika es
causado por la picadura de un mosquito y se cataloga como un arbovirus
perteneciente al género flavivirus, que son aquellos que animales invertebrados
como zancudos y garrapatas le transmiten al ser humano.
El zika es similar al dengue,
la fiebre amarilla, el virus del Nilo Occidental y la encefalitis japonesa.
Se transmite tras la
picadura de un mosquito del género aedes, como el Aedes Aegypti, que causa el
dengue.
ORIGEN
El virus se identificó
en 1947 por primera vez en Uganda, específicamente en los bosques de Zika. Se
descubrió en un mono Rhesus cuando se realizaba un estudio acerca de la
transmisión de la fiebre amarilla en la selva.
Análisis serológicos
confirmaron la infección en seres humanos en Uganda y Tanzania en 1952, pero
fue en 1968 que se logró aislar el virus con muestras provenientes de personas
en Nigeria.
Análisis genéticos han
demostrado que existen dos grandes linajes en el virus: el africano y el
asiático.
BROTES PREVIOS
En 2007 se registró la
infección en la isla de Yap, que forma parte de Micronesia, en el Océano
Pacífico. Fue la primera vez que se detectó el virus fuera de su área
geográfica original: África y Asia.
A finales de octubre de
2013, se inició un brote en la Polinesia Francesa, también en el Pacífico, en
el que se identificaron 10.000 casos.
De ese total,
aproximadamente 70 fueron graves. Los pacientes desarrollaron complicaciones
neurológicas, como meningoencefalitis, y autoinmunes, como leucopenia
(disminución del nivel normal de leucocitos en la sangre).
En febrero de 2014 las
autoridades chilenas confirmaron un caso de transmisión autóctona en la Isla de
Pascua. El mismo coincidió con un brote en Nueva Caledonia y las Islas Cook.
Nuevamente en el Océano Pacífico.
TIEMPO DE INCUBACIÓN
Suele oscilar entre 3 y
12 días. Tras este período, aparecen los síntomas. Sin embargo, la infección
también puede presentarse de forma asintomática.
Una de las medidas de
protección es el uso de repelentes contra los zancudos.
Según un estudio
publicado en la revista médica The New England, una de cuatro personas
desarrolla síntomas.
No se ha reportado
ninguna muerte que haya sido causada por la enfermedad.
La mayoría de las
personas se recupera y la tasa de hospitalización es baja.
SÍNTOMAS
Generalmente, duran
entre cuatro y siete días y pueden confundirse con los del dengue.
En los casos en los que
las señales que revelan la enfermedad son moderados, la persona puede tener
fiebre de menos de 39°C, dolor de cabeza, debilidad, dolor muscular y en las
articulaciones, inflamación que suele concentrarse en manos y pies,
conjuntivitis no purulenta, edema en los miembros inferiores y erupción en la
piel, que tiende a comenzar en el rostro y luego se extiende por todo el
cuerpo.
Con menos frecuencia se
presentan vómitos, diarrea, dolor abdominal y falta de apetito.
Se recomienda el uso de
paracetamol, no de aspirinas porque puede causar sangrado.
Las complicaciones de
tipo neurológico y autoinmune han sido excepcionales hasta el momento debido a
que solo se vieron en la Polinesia Francesa.
TRATAMIENTO
No hay una vacuna ni un
tratamiento específico para el zika, sólo un manejo sintomático que consiste en
descansar y en tomar acetaminofén o paracetamol para el control de la fiebre.
No se recomienda el uso
de aspirinas por el riesgo de sangrado que acarrea.
También se aconseja
ingerir líquido en abundancia para paliar el que se pierde por diferentes
razones.
Para manejar el prurito
ocasionado por la erupción, se pueden utilizar antihistamínicos.
Es necesario mantenerse
alejado del paciente al menos durante la primera semana de la enfermedad para
evitar el contagio.
PREVENCIÓN
Como la transmisión
ocurre por la picadura de un mosquito, se recomienda el uso de mosquiteros que
pueden impregnarse con insecticida y la instalación de mallas antimosquitos si
no se tienen.
El uso de mosquiteros
se aconseja en los casos en los que se contrajo el virus y también como
prevención.
Se deben utilizar
repelentes con Icaridina y ropa que cubra las extremidades, para que haya menos
posibilidades de sufrir una picadura.
El riesgo para el
continente se encuentra en el potencial de transmisión de la enfermedad, que
radica en que los mosquitos transmisores del virus viven en la región y en la
densidad poblacional de la misma.
Fuentes: Organización
Panamericana de la Salud, Centro Europeo para el Control y Prevención de
Enfermedades, Biblioteca Nacional de Medicina e Institutos de Salud de Estados
Unidos .
Aedes Aegypti,: zancudo portador del virus evitar sus criaderos
Republicado por: Isabel Reyes de Iglesias
Fuente: Wikipedia
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