Ese año la Erupción del Vesubio sepulto las ciudades de Pompeya y Herculano. Ambas
permanecieron enterradas hasta mediados del siglo XVIII cuando un ingeniero Aragonés,
Roque Joaquín Alcubierre, descubrió los restos de Herculado cuando
trabajaba en la construcción de un
palacio para el rey de Nápoles futuro rey de España. El monarca decidió entonces
impulsar las excavaciones arqueológicas de Pompeya y Herculano. El rey era Carlos III de
España.
A partir de su descubrimiento las sucesivas excavaciones sacaron a la luz
grandes edificaciones como el faro, los templos de Júpiter y Apolo las termas o
la casa del Fauno una fastuosa domus Romana el Fauno que daba nombre a la casa
fue una fuente o una estatua.
Fuente: Saber y Ganar.
Republicado Por: Isabel Reyes de
Iglesias.

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