Por sus actuaciones, han
dado nombre a diversos comportamientos que el lenguaje y el diccionario han
recogido y fijado. El primero de ellos corresponde a la conocida y recordada
María Morena, mucho más conocida como Marimorena. Ella era de armas tomar.
Madrileña, casada con Alonso Zayas y ambos, conjuntamente, regentaban una
taberna allá por el año 1580, reinando en España Felipe II. Se la recuerda por
una descomunal riña tabernaria. "Se armó la marimorena", es la
expresión que ha quedado en el habla coloquial. el
motivo para que se armase la marimorena fue pues se negaron a vender a unos
soldados unos cueros de buen vino que tenían almacenados en el fondo de una
cueva y tras la bronca, hubo un juicio en el que la Marimorena la volvió a
armar.
Cuando a un acto, a una
reunión o a un espectáculo han acudido pocas personas, se dice que no ha
acudido ni el Tato. Es decir, que no ha asistido el sevillano don Antonio
Sánchez. Esta frase popular recoge la costumbre del señor Sánchez, que no se
perdía ningún acto ni ningún sarao ni feria alguna. El Tato, pues, fue una
persona real, un sevillano que acudía, a mitad del siglo XIX, a todos los
acontecimientos y que era muy querido por sus conciudadanos. Desgraciadamente,
sufrió un accidente que le ocasionó la amputación de una pierna. Se retiró y
falleció olvidado de todos. El Tato, a
quien hoy solo se recuerda cuando nadie acude a un acto? Fue torero 1869,
en Madrid, sufrió una cornada que se le infectó y hubo que amputarle la pierna.
Falleció, en el olvido en 1895, ganando
un humilde salario como repartidor de carne del matadero de Sevilla.
Fuente:
Saber y Ganar.
Republicado
Por: Isabel Reyes de Iglesias.
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